Estuve a un paso de enamorarme, pero, también estoy a punto de imaginar que el amor es exclusivamete para terraqueos no evolucionados. ¿tiene acaso algo que ver mi edad con esa ronda de vivales que me acecha?
Debí darme cuenta de qué clase de hombre era cuando en la primera cita yo tuve que pagar nuestra borrachera porque misteriosamente su tarjeta "no pasó", pero mi guía espiritual me ha enseñado que desconfiar del otro es desconfiar de uno mismo "no puedes andar por la vida asi, Ichbin, no vas a concretar nada en colectivo" me había dicho casi levitando.
Pensé en sus sabisa palabras justo cuando me encontraba en esos brazos (brazos que, a la primera nadie daría un peso por ellos, pero ya embriagados en el sentimiento de mi urgida pasión, bien valieron los setenta que había sflojado en efectivo al cantinero malhumorado) total, él me había llevado de regalo unas flores "de paso". Fue en estos meses, harta de sus lloriqueos por los maltratos que le daba su abuela, y de que en sus impulsos por besarme se retociera como tocino en aceite (en la banqueta de mi casa) para que perdonara sus villanías bisexuales que decidí rumiar mis soledades nuevemente.
Santísima Madre Universal,¿qué les pasa a los hombres que andan por este infierno como gallinas sin cabeza? Hacen de su cola una telenovela, San Juditas. ¿será que sienten encima el dos mil doce? en fin, he pensado terminantemente en continuar con los amores de ocación que siempre me han funcionado en la oficina, con el perdón de mi Padre Bendito, yo sé que él comprende que algo tengo que hacer mientras ese plutoniano aparece con su espada vengadora y flamigera para darme un paseo galáctico, no chingaderas.